La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.
En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente, cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.
Tipos de ansiedad: ansiedad generalizada, fobias específicas (perros, ruidos fuertes, comer, volar…) agorafobia, trastorno de pánico….
Estrés, éste ha estado siempre muy vinculado con la ansiedad, es el mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. Todos estamos preparados para enfrentarnos a situaciones de estrés moderados, el problema viene cuando se prolonga mucho en el tiempo o la intensidad del estresor es muy intensa.
Tipos de estrés: trastorno de adaptación, estrés-postraumático, estrés agudo…